Cuentos Infantiles que Inspiran

Cuentos Infantiles que Inspiran

El Cuento Comienza Aquí:

Abrimos las puertas de este blog con la promesa de llevarlos a través de emocionantes cuentos y fábulas. Aquí, cada historia es un nuevo comienzo, una oportunidad para aprender, crecer y disfrutar de la maravillosa danza entre las palabras y la imaginación.💫🌈

 

Las monedas de estrella

Erase una vez una niña muy pobre que había quedado huérfana de padre y madre. La niña no tenía donde vivir, no tenía ropa para vestirse y no tenía nada que comer, salvo la limosna que le daba alguna persona compasiva que se cruzaba a su paso de vez en cuando.

Un buen día una viejecita, sintiendo lastima por ella, le dio un mendrugo de pan. La pobre niña, que ya no tenía familiares en ese pueblo, decidió cambiar de sitio para buscarse la vida. La niña, a pesar de su desgracia, no se sentía sola y tenía fe en que Dios la ayudaría, así que cogió su pedazo de pan y caminó hacia otro lugar donde vivir.

Andando iba, cuando se cruzó con un hombre muy pobre, que al ver el mendrugo de pan le dijo: “Buena muchacha, me estoy muriendo de hambre.Ten piedad y dame un pedazo de pan”. La niña le dio su trozo de pan y continuó su camino.

Unos metros más adelante, la jovencita se encontró con un niño que lloraba. El pequeño estaba muerto de frio. La niña para reducir su llanto y su frio, se quitó el pañuelo que llevaba en la cabeza y se lo cedió al chiquillo.

A su paso, también se encontró con otros niños. A una niña que estaba tiritando le entregó su chaquetita, y a otra que tampoco tenía ropa, le dio su falda. Al caer la noche, un último niño le pidió su camisa y ella se la dio pensando que nadie la vería desnuda en la madrugada. Así quedó en medio del bosque. De repente, miró al cielo y empezó a ver como caían un montón de estrellas. Cuando se acercó a cogerlas, las estrellas se habían convertido en monedas de oro y ya no estaba desnuda, tenía puesta una camisa de hilo. La muchacha recogió todas las monedas y nunca más pasó penurias y continuó ayudando a todo aquel que se cruzaba a su paso. 

 

Los regalos de los duendes🎁

Un sastre y un platero viajaban juntos por el mundo. Un día a lo lejos oyeron una música y decidieron acercarse. Al llegar vieron unos hombrecitos y mujercitas que bailaban en un corro, rodeando a un anciano con traje de colorines con una larga barba blanca.

El viejo invitó a los dos hombres a que se sentaran a su lado. Entonces el anciano sacó un gran cuchillo y empezó a afilarlo mirando a los dos hombres que estaban muertos de miedo. El anciano les cortó algo de pelo y barba y les metió a cada uno carbón en los bolsillos. Más tarde los hombres se marcharon a algún lugar donde pasar la noche.

Se quedaron a dormir en una posada sin desnudarse y con el carbón en los bolsillos porque estaban muy cansados. A la mañana siguiente al levantarse se echaron las manos a los bolsillos y vieron que el carbón se había convertido en pedazos de oro. Además les había vuelto a salir el pelo y la barba.

El platero, que era muy avaricioso le dijo al sastre que volvieran a ver al anciano. El sastre no estaba de acuerdo porque con el oro que tenía podría hacerse un buen taller y casarse con su novia y ser feliz. Pero el platero insistió y cogieron un saco de carbón y fueron a ver al anciano.

El viejecito le volvió a cortar el pelo y la barba y les indicó que cogieran carbón. El platero se llenó los bolsillos hasta donde pudo. Luego regresaron a la posada y a la mañana siguiente los bolsillos y los sacos estaban llenos de carbón. Lo peor fue que el oro que tenía también se había vuelto carbón. Quería tirarse de los pelos pero estaba totalmente calvo y sin barba.

El sastre se despertó al oírle llorar y como era tan bondadoso le ofreció repartir el oro que tenía. El platero se quedó con la mitad del oro pero tuvo que llevar el resto de su vida una gorra porque el pelo no le volvió a crecer.

 

El zorro y el caballo 🦊🐴

Había una vez un campesino que vivía con su leal caballo, el cual le había servido durante muchos años. El caballo ya era viejito y apenas tenía fuerzas para trabajar de forma productiva. Un buen día, el amo le dijo al caballo: “No puedo contar contigo para trabajar más. Si me demostrases que puedes traer un león hasta nuestra casa, te cuidaría hasta el fin de tus días. Pero mientras tanto, abandona mi cuadra.”

El pobre caballo abandonó el establo cabizbajo y apenado y se adentró en el bosque buscando un refugio donde pasar la noche. Un zorro lo vio pasar y le preguntó: “Querido amigo equino, ¿por qué vas tan cabizbajo y a dónde te diriges?

El caballo respondió: “Pobre de mi, amigo zorro. Mi amo me ha echado del establo porque ya no puedo trabajar como antes. No valora lo suficiente la asistencia que le he prestado durante toda la vida. Me ha dicho que solo si fuese capaz de arrastrar un león hasta las caballerizas, me cuidaría hasta el fin de mis días, pero él sabe que mis patas están débiles y eso es imposible”.

El zorro sintió lastima por él y le dijo: “Yo te ayudaré amigo, no desesperes. Tengo un plan que funcionará. Vamos a hacer una cosa. Tú acuéstate aquí y finge estar muerto”. El caballo siguió las indicaciones del zorro mientras el zorro ejecutaba su plan.

El zorro fue a buscar al león y cuando lo encontró le dijo: “¿Tienes hambre Sr. León? He visto un caballo muerto en el bosque. Si vienes conmigo probarás bocado”. El león accedió y acompañó al zorro. Cuando ambos estuvieron frente al caballo el zorro le dijo al león: “Si quieres llevártelo a tu guarida yo puedo atar el caballo a tus patas”. El león estuvo de acuerdo con el plan.

El zorro ató a las cuatro patas del león la cola del caballo con unos nudos tan fuertes que el león perdió toda posibilidad de movimiento. Cuando finalizó, dio unas palmadas sobre el lomo de su amigo el caballo y le gritó: “Amigo, vamos, solo tienes que correr hacía tu establo”.

El caballo corrió hasta llegar a la casa de su amo arrastrando al león, que no paraba de rugir. Cuando su amo lo vio llegar, se alegró de verlo y le dijo: “Amigo, ahora te quedarás conmigo por siempre y yo te cuidaré”. Así, lo alimentó hasta que el caballo murió de viejito.

Fuente: https://www.pocoyo.com/cuentos-infantiles/dormir

 Cuentos infantiles cortos

 

¡Gracias por acompañarnos en este viaje lleno de risas, lecciones y personajes entrañables! Las puertas de la imaginación siempre están abiertas, ¡así que los invitamos a explorar los infinitos mundos de la lectura e incentivar a los más pequeños!

Hasta la próxima. 

 


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